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Crónica Navalcarnero - Senior A


Hay días en los que sabes que pasará algo grande. Y Víctor Cea y Pepinho lo sabían.

Los de prensa llegamos por todo lo alto, sin el jefe de los Lives pero con un entrenador infiltrado. Nos abrieron la primera puerta que vimos y terminamos en la sala de presidencia, rodeados de aperitivos e ilustres. Tras saludar con protocolo, saltamos al césped, reluciente y casi a estrenar, donde los nuestros ya calentaban.

Justo antes del inicio del partido, Cea y Pepinho nos avisaron: hoy hacemos el grito todos juntos. Y ahí supimos que no podíamos fallar. Con la unión de todo el equipo en el vestuario, el primer gol no tardaría en llegar. Y fue en el minuto 7, cuando Berodia, con su lucidez permanente, marcó a lo panenka el 0-1. El choque había comenzado eléctrico y los locales querían igualar la contienda lo antes posible. Y a punto estuvieron de conseguirlo diez minutos más tarde, enviando un córner al larguero. Sin embargo, los nuestros, lejanos a encerrarse para defender la renta, también salían al ataque. Y en el minuto 20 Fran remató al larguero una jugada espectacular de Ángel, que no paraba de correr. Fran repitió ocasión en el 28, pero Isma Gil repelió con acierto su disparo. El partido se dio un respiro hasta rondar el descanso, cuando Juanma y Parra desbarataron una ofensiva del Naval con alto peligro. De esta manera, ambos equipos ganaron el túnel de vestuarios, tras cuajar unos primeros cuarenta y cinco minutos de gran fútbol y emoción.

La segunda mitad arrancó con los locales decididos a por el empate y con el Adarve preparado para custodiar su ventaja y dañar a la contra. Así, en el minuto 56 llegó una oportunidad clarísima para Héctor, que cabeceó fuera por poco un centro exquisito de Ángel. El Navalcarnero respondió en el 63 con un remate de Joaquín Cerdá al poste, que hacía temblar a la grada de los lobos. Las ocasiones se volverían a suceder, con Juanma en el 73 y Angelito en el 80, culminando en el palo una jugada vertiginosa. Los diez últimos minutos de juego serían para sufrir, pero el Adarve respondió como siempre, firme y de frente. Por ello, los de Víctor Cea escucharon el pitido final con el botín a salvo. Y ya solo era tiempo de celebrar. Porque el objetivo está muy cerca, y lo conseguiremos juntos en el Del Bosque. Justo a la hora del lobo.


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